lunes, 17 de octubre de 2022

UN HALLOWEEN DIFERENTE

Ya se acerca Halloween y comienzan las preparaciones. Hoy os dejamos un cuento de miedo y unas preguntas para que podáis trabajarlo después. 

Hace mucho tiempo, la mayoría de los monstruos eran seres simpáticos y golosos, tontorrones y peludos que vivían felizmente en su monstruoso mundo. Hablaban y jugaban con los niños y les contaban cuentos por las noches. Pero un día, algunos monstruos tuvieron una gran discusión por un caramelo, y uno se enfadó tanto que sus furiosos gritos hubieran asustado a cualquiera. Y entre todos los que quedaron terriblemente asustados, las letras más miedosas, como la L, la T y la D, salieron corriendo de aquel lugar. Como no dejaron de gritar, las demás letras también huyeron de allí, y cada vez se entendían menos las palabras de los monstruos. Finalmente, sólo se quedaron unas pocas letras valientes, como la G y la R, de forma que en el mundo de los monstruos no había forma de encontrar letras para conseguir decir algo distinto de " GRRR!!!", "AAAARG!!!" u "BUUUUH!!!".



A partir de aquello, cada vez que iban a visitar a alguno de sus amigos los niños, terminaban asustándoles; y con el tiempo, se extendió la idea de que los monstruos eran seres terribles que sólo pensaban en comernos y asustarnos.

 

Un día, una niña que paseaba por el mundo de los monstruos buscando su pelota, encontró escondidas bajo unas hojas a todas las letras, que vivían allí dominadas por el miedo. La niña, muy procupada, decidió hacerse cargo de ellas y cuidarlas, y se las llevó a casa. Aquella era una niña especial, pues aún conservaba un amigo monstruo muy listo y simpático, que al ver que nada de lo que decía salía como quería, decidió hacerse pasar por mudo, así que nunca asustó a nadie y hablaba con la niña utilizando gestos. Cuando aquella noche fue a visitar a su amiga y encontró las letras, se alegró tanto que le pidió que se las dejara para poder hablar, y por primera vez la niña oyó la dulce voz del monstruo.

Juntos se propusieron recuperan las voces de los demás monstruos, y uno tras otro los fueron visitando a todos, dejándoles las letras para que pudieran volver a decir cosas agradables. Los monstruos, agradecidos, les entregaban las mejores golosinas que guardaban en sus casas, y así, finalmente, fueron a ver a aquel primer monstruo gruñón que organizó la discusión. Estaba ya muy viejecito, pero al ver las letras, dio un salto tan grande de alegría que casi se le saltan los huesos. Y mirando con ternura las asustadas letras, escogió las justas para decir "perdón". Debía llevar esperando años aquel momento, porque enseguida animó a todos a entrar en su casa, donde todo estaba preparado para grandísima fiesta, llena de monstruos, golosinas y caramelos. Como que las que se hacen en Halloween hoy día; qué coincidencia, ¿verdad?

                                                            Autor: Pedro Pablo Sacristán

Un minuto para pensar...

El monstruo amigo de la niña decidió hacerse pasar por mudo antes que molestar y asustar a los demás ¿Qué te parece su decisión? ¿Crees que le resultó fácil? ¿Qué estarías dispuesto a hacer tú por mejorar la vida de los que te rodean?

Una buena conversación

Los enfados entre los adultos, cuando suben de tono, pueden provocar mucho miedo y ansiedad en los niños. Si alguna vez tu hijo te ha visto enfadarte de ese modo, ahora sería un buen momento para explicarle que a veces nos pasa lo mismo que a los monstruos, y prometerle que te esforzarás por controlarte.

¿Y si pasamos a la acción?

Cuando dos personas se enfadan, hay que saber pedir perdón. Y también aceptar las disculpas. Para hacerlo más fácil, os propongo escribir con las letras especiales del cuento, en papelitos separados, las cosas que os gustan de cada uno y guardarlas con cuidado. Tras una discusión, podéis utilizarlos para pediros perdón sin hablar, simplemente enseñándoselos al otro.

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